Hoy quiero confesar... que no soy vegetariana (¿aún?)

Yo nunca había entendido a los vegetarianos. No me metía con ellos, respetaba su decisión, pero no entendía por qué se negaban a comer carne. Para mí, comer carne era algo natural, hay muchos animales carnívoros, forma parte de la cadena alimenticia. Y así lo sigo pensando. Además, ¿cómo renunciar a placeres como los del jamón serrano, una buena hamburguesa de vez en cuando o unos simples macarrones a la boloñesa?


Sin embargo, desde hace unos meses y casi sin darme cuenta, empecé a reducir el consumo de carne y pescado por varias razones:
  • La primera de todas es que, como a la mayoría de gente, una vez te haces mayor te empiezan a gustar muchas cosas que de pequeño no te tragabas (las verduras especialmente), así que empecé a comprar más porque me gustaban, hay muchas y dan mucho juego.
  • Por otro lado, el hecho de vivir sola y de comer todos los días en el trabajo hace que no pueda tener mucha comida en casa porque se me pone mala enseguida, así que prefiero tener lo justo y necesario. Las verduras duran bastante más que la carne y no pasa nada si se pasan un poco. La carne toca tirarla, y por ahí no paso.
  • La carne y el pescado son más caros que el resto de alimentos, y lo cierto es que me gustan moderadamente. Puedo pasar sin ellos sin ningún problema y, de paso, ahorro.
  • Las verduras son mucho más sanas y la carne no es estrictamente necesaria. Además, cuando comes fuera (casi todos los días en mi caso) es mucho más fácil consumir algo con carne que sin ella, así que bastante tengo con la que me toca medio de rebote.
Beneficios de una dieta vegetariana para el MA

Esas fueron las razones del principio: comodidad, economía y salud (todas egoístas, sí). A estas podemos añadir después la ecología, ya que la producción de fruta y verdura, aunque es contaminante y no le sienta del todo bien a nuestro planeta, sigue siendo muchísimo mejor que la producción de carne (esta consume cantidades desorbitadas de agua y alimentos, no hace un uso eficiente del terreno, desaprovecha gran parte del animal, etc.).

Bueno, la cosa es que hace meses que no paso por la sección de carnes, la de pescado o la de embutidos. La de huevos raramente la visito, pero si lo hago, compro huevos de gallinas criadas al aire libre (y no, la diferencia de precio con los normales no es mucha, al menos aquí en Francia). La leche, que la necesito en el desayuno como el aire para respirar, ecológica también. No sé si el hecho de no ver cachos de carne y pescado a tutiplén ha influido en que me haya empezado a parecer rara esa enorme sección con cientos de bandejas de plástico con trozos de carne ahí almacenados, estilo morgue. Igual de raro me ha empezado a parecer el hecho de tener unas instalaciones donde se crían animales con el único objetivo de matarlos luego, cortarlos y enviarlos a esa enorme sección. Repito que no veo nada malo en el hecho de comer carne en sí, pero pienso que habría que cambiar el sistema. Eso de criarlos para cargártelos sistemáticamente al cabo de X tiempo... Es un despilfarro de recursos para luego poder ir al súper y comprarte un filetito, y para que grandes cantidades de carne acaben en la basura.

En resumen, mi tendencia casi inconsciente a reducir el consumo de alimentos animales se ha transformado en una decisión consciente basada en razones sobre todo medioambientales y éticas. Ahora, si un ciudadano de a pie poco informado busca en Internet qué diferencia hay entre los alimentos normales y los ecológicos o qué beneficios aporta una dieta vegetariana o con un contenido reducido en carne, y quiere ir a fuentes "objetivas", que no puedan ser tachadas de hippies o perrofláuticas, solo encontrará argumentos antropocéntricos: los alimentos ecológicos y los convencionales tienen el mismo valor nutricional y los dos son igual de buenos para la salud (he aquí dos ejemplos de El Mundo y del ABC). Nadie habla del resto de posibles diferencias porque están relacionadas con el planeta o con el resto de sus habitantes, no con nosotros directamente, así que la mayoría de la gente no verá más allá y no encontrará razones para hacer un esfuerzo.

Es una lástima la desinformación y los prejuicios que existen alrededor de este tema y que son los causantes de la falta de desacuerdo, junto con los intereses económicos, claro, que el dinero siempre está en medio como los jueves. Estoy esperando el día en que el tema se aborde seria y definitivamente para que haya un consenso fuerte que permita tomar medidas y despertar la conciencia de la población, en que sean los gobiernos y las instituciones los que añadan este punto a la lista de temas ya en curso como el del reciclaje o las energías renovables. Os dejo con un dinosaurio muy sabio...

¿Por qué tenemos cultivos para alimentar a los animales que nos vamos a comer luego
si podríamos comernos la cosecha directamente?

... pero, antes de irme, y retomando la pregunta planteada en el primer párrafo, debéis saber que hay muchos alimentos de origen vegetal "raros" por ahí que pueden hacer que nuestra dieta no se base solo en comida de cabras, y que hay hamburguesas y demás historias vegetales. Eso sí, he de confesar que, en lo que respecta al jamón serrano... tengo suerte de vivir en Francia.

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