Algo hay fuera de España que...

Cada poco tiempo, sobre todo la gente a la que he dejado atrás en España, me pregunta si no quiero volver. Pues... Por muchas razones sí, volvería, pero hay otras razones (quizá no las que más nos llaman la atención al principio) que hacen que tanta gente se quede fuera cuando sale de allí. Al fin y al cabo, hay que elegir entre la nostalgia y la realidad. Y la realidad es que, por mucho que nos pese, para vivir hay que trabajar. 

Trabajo: esa es la razón principal por la que la gente se va y no vuelve. Estaría bien decir que nos vamos simplemente a desarrollarnos, a aprender cosas nuevas y a ver otros entornos, o al menos a buscar un trabajo mejor que el que tenemos allí, pero ni eso. Nos vamos a buscar un trabajo, así en general, porque allí no hay. No hay buenos y casi no hay malos tampoco. Si tienes un trabajo de mierda puedes considerarte afortunado, y si tienes uno que es medio regular, te da la sensación de que hasta es uno bueno. ¡No hablemos ya de trabajar en lo tuyo! 

Voy a hablar de Francia porque es lo que conozco, pero esto seguramente sea aplicable a unos cuantos países más. Datos interesantes de aquí que os van a hacer alucinar pepinillos:

• Los contratos de prácticas a becarios solo se hacen a estudiantes. Sí. Cuando le dices a la gente que en España se hacen contratos de becario, es decir, contratos donde te explotan y te pagan limosna con suerte, a gente que ya ha terminado la universidad, ponen la misma cara que si les dijeras que aún hay que pedir permiso a los padres para casarse.
• Esos contratos de prácticas que se hacen exclusivamente a estudiantes se pagan por ley como mínimo con 500 y pico euros mensuales y, hasta donde yo sé, lo normal es que te enseñen, como persona nueva que eres, y no que te exploten.
• Es relativamente probable que, tras tus prácticas y si has acabado la universidad, te contraten. O sea, un CONTRATO, un CDD (contrato temporal de 6 meses normalmente). Caso real: el mío. Se han acabado mis prácticas y me han contratado. No sustituyo a nadie, no es por baja maternal ni porque nadie haya dimitido, soy una añadida. He aumentado la plantilla. Parece mentira, pero pasa.
• Y agarraos: si al acabar ese CDD lo has hecho medio bien y sigues haciendo falta en la empresa, con un poco de suerte firmas un CDI. Es decir, te hacen fijo. Pensáis lo mismo que yo, lo sé: esto es jauja en comparación con Españistán. Y porque  no hablo de las ayudas al transporte, las mutuas sanitarias, gestión de horas extra y demás condiciones laborales que son mil veces mejores.

El resultado de esto es que casi todo el mundo con estudios universitarios tiene un contrato fijo en una buena empresa donde trabaja de lo suyo a los 23 o 25 años. Con todo lo que eso implica: la gente se emancipa a los 20 y pico y puedes hasta pedir un préstamo y comprarte un coche o una casa. Así. Con 23 años. Vamos, lo mismo que en España. Yo sigo flipando cuando oigo cosas como "no me pagan lo suficiente en mi trabajo, si no me suben el sueldo al firmar el CDI me voy a otro sitio", o "me estoy aburriendo, voy a dejar el trabajo". Claro, aquí dejas el trabajo y es casi 100 % seguro que al mes siguiente ya tengas otro. Igual que en España, donde encadenas contratos basura de becario y demás durante años y hay gente con 30 tacos que tiene ese tipo de contratos y que está en casa de sus padres. Por no hablar de eso llamado "contrato fijo", una leyenda equivalente a la de los unicornios.

Se quejan, pero tienen una media de paro del 10 %

El resto de cosas te tiran hacia atrás, te atan a tu vida de antes. La familia y los amigos, la ciudad donde siempre has vivido, tu idioma materno oyéndose por todas partes, tus platos favoritos, tus aficiones, el tiempo... A eso es a lo que apelan los demás cuando hablas de tu nueva vida. "¿No echas de menos esto?". Pues sí, se echa de menos. Pero, desgraciadamente, no me pagan por ir a cenar de tapacaña ni por tener un verano que dura siete meses.

El problema es que solo se piensa en el tiempo libre, en los recuerdos de los buenos momentos que has pasado en tu "vida anterior". Una vida en la que además, en mi caso, era estudiante y no tenía que preocuparme demasiado por el dinero y mucho menos por el trabajo. Se nos olvida que, al final, la mayor parte de tu vida consciente la pasas trabajando y es altamente recomendable que tu trabajo te guste y no te amargue el resto de tus días. Es evidente que también tiene que permitirte tener casa, comer y una serie de cosas.

Media del 21 %

Trabajo, trabajo... No hablo más que de eso. ¿Y el tiempo libre? ¿El ocio? Eso también es importantísimo. Sí, lo es. Pero por mucho que nos pese, para pasárselo bien, ir a tomar algo, viajar o comprarte ropa, hace falta dinero y tiempo, como para casi todo. Y ¡oh!, eso también lo da el trabajo. Es un gustazo poder ir a cenar fuera cuando quieras sin un presupuesto ridículo que te obligue a alternar entre el McDonals y el 100 Montaditos o simplemente descansar o salir de fiesta el finde porque lo tienes libre.

Difícilmente se pueden conseguir allí las condiciones que se tienen fuera, por mucha suerte que tengas. Habría que esperar años a que mejorara la situación y ni siquiera sabes si eso va a pasar. No puedes volver por un "capricho", por la nostalgia, y luego ver que estás en casa de tus padres y que todos tus amigos están igual, a pesar de tener estudios todos. Con trabajos de mierda. Mientras aquí la gente con estudios tiene trabajos de lo suyo, sale sin reparar en gastos, vuelve a ver a su familia cuando quiere, se va de viaje cuando quiere, tiene su casa, su coche, etc., y tienen 25 años.

En definitiva y aunque echemos cosas de menos, esto no está tan mal. Un lugar donde todo lo que en España tardarías años en conseguir (y eso si lo consigues) lo tienes por defecto, la base que te permitirá construir todo lo demás. Una casa empezada por el tejado... no se sostiene. Es lo que hace que España haya quedado relegada a lugar de vacaciones para muchos nativos.