Mi road trip en Yucatán (IX): Cancún

Última entrega de la serie "Mi road trip de dos semanas en Yucatán".


Pues hasta aquí hemos llegado... Os adelanto que Cancún, por muy atractivo que suene, no es ni de lejos un sitio que yo recomendaría en Yucatán. Después de tanta naturaleza, playas, animalitos y ruinas, y especialmente Holbox, llegar a esta gran ciudad fue un poco bajón.

Un punto positivo tuvo: el hotel. Si vais a Cancún, tenéis coche y no os importa alejaros un poco del centro, este sitio era top. De hecho una de las razones por la que lo elegimos fue que no era céntrico. Nos daba miedo el follón de la fiesta de los americanos borrachos por la noche. Este sitio era tranquilísimo, estaba nuevo (por fin un hotel que parecía europeo) y la guinda del pastel: tenía piscina en la azotea. Una maravilla.

No es exactamente una foto de la piscina, pero si queréis verla Google tiene muchas


Tras el baño obligado al atardecer, intentamos buscar un sitio para cenar rápido en un centro comercial cercano. Fue un fracaso porque: 1) apenas había sitios y eran carísimos, claramente para turistas forrados, y 2) el ambiente americano de centro comercial gigantesco, ya con su decoración navideña (era finales de noviembre) me puso de muy mal humor, me sacó completamente del exotismo de mis vacaciones. Así que fuimos a probar suerte en el centro. Aparcamos en una calle al azar y nos paseamos entre tiendas de souvenirs, restaurantes para turistas y avenidas anchas rodeadas de grandes edificios. Acabamos de casualidad en la famosa plaza de las Palapas, sobre la que había leído en mi guía. Si algo tengo que elegir de lo que vi en Cancún, que no fue mucho, es esta plaza. Se llama así por tener una zona con mesas fijas de piedra con palapas (sombrillas) rodeada de puestecitos de comida (carne y arroz, tacos, zumos, marquesitas...). No fue la mejor comida que hicimos, pero el ambiente era simpático, auténticamente mexicano y los precios muy bajos. Hasta teníamos a un señor de traje cantando "Mi gran noche" un poco más allá.

Éramos los únicos guiris, por fin


Después de la cena, vino el postre. Yo había probado las marquesitas en Holbox, pero había cogido una de caramelo, nada raro. Allí, al ir al puesto, el señor me dijo que la típica era de Nutella con queso rallado. Le dije que qué clase de mezcla era esa, que ni de coña. Pero me insistió y al final acabé por acceder a probar la especialidad, que llevaba toneladas de queso. Para mi sorpresa, no estaba mala. No digo que me encantara, pero al menos ahora puedo decir que probé la marquesita típica :)

En la otra parte de la plaza teníamos estos divertidos cochecitos infantiles de alquiler


Al día siguiente teníamos el vuelo por la noche y, como no nos interesaba nada especial de Cancún, nos dedicamos a buscar souvenirs en el Mercado 28, un mercado exclusivo de artesanía. Como el mercado de Mérida, era gigante, laberíntico y agobiante. Yo al final no compré nada. Los precios eran muy altos y ni siquiera negociando conseguías un precio aceptable, además de que te acosaban por todas partes.

El que nos llevó a todas partes aquellas dos semanas


Tras un día no muy agradable, siendo sinceros, fuimos a devolver nuestro amado coche y luego al aeropuerto... para despedirnos (¡por esta vez!) de este maravilloso país.

Hasta la próxima, México

Y para despedirme del todo de la serie, he reunido toda la información práctica que se me ha ocurrido sobre Yucatán en un anexo: consejos sobre dinero, conducción, alojamiento, comida, etc. Espero que os sea útil :)


RESUMEN PRÁCTICO DE ESTA ETAPA

¿Qué visitamos?
  • La plaza de las Palapas
  • La avenida de Tulum, donde está hecha la foto del letrero de Cancún
  • Mercado 28 
¿Dónde dormimos?
  • Hotel Bahari. Son habitaciones-estudio, con cocinita y mesa.
¿Dónde comimos?
  •  Puestos de la plaza de las Palapas
Otros datos prácticos
  •  Podéis saltaros Cancún en vuestro viaje sin ningún tipo de remordimiento.

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